Quisiera
escribirte, Amor
pero no sería tan
real
como las
pesadillas en las que apareces
mientras me
asesinas con tu puñal.
Quisiera
cantarte, Amor
pero rasgaste mi
garganta
y ya nadie podrá tocar
esas cuerdas
que susurraban
canciones suicidas.
Quisiera entenderte,
Amor
pero no lo
intentaré todavía,
me da miedo
descubrirte
y desenmascarar
todas tus mentiras.
Quisiera
olvidarte, Amor
pero cada vez que
lo intento
el psicólogo del
alcohol me recuerda
que brindando por
ti bebo.
Quisiera
asesinarte, Amor
pero sigo
esperando con miedo
a que no llegue el
día en que decidas
acabar antes
conmigo.