Ya pasó, he
muerto
no lo pude
evitar.
Lo intenté, lo
siento
su rabia no tiene
final.
Creí que al
dialogar con ellos
me podría salvar,
que su odio hacia
mi pueblo
se podría
remediar.
Me equivoqué, es
cierto,
su maldad no
tiene rival.
Su misión en esta
tierra
era tan solo
matar.
Lo que
aprendieron de Hitler
lo demuestran
contra nosotros
dejando un surco
de escombros,
dejando un rastro
de muerte.
Comprendí,
resignado
el apoyo
internacional.
Enriquece a los
Estados
este sionismo
brutal.
Así que cogí las
armas
y defendí mi
dignidad
en este ajedrez
sin normas
que la ONU no
quiere parar.