viernes, 29 de abril de 2011

DELIRIOS

En la estación de la suerte
un vagabundo pedía:
una sonrisa al verte
que no fuera de alegría.

En la taberna del ciego
un sordomudo pedía:
una tapita de miedo,
que ya ni eso sentía.

En el colegio San Debes
el alumnado pedía:
que quiten las vacaciones,
que son una tontería.

En el tiempo de elecciones
los mandamases pedían
ser más ricos que los reyes
sólo en sabiduría.

Desde un póster de mi cuarto
un rockero me pedía:
no me despegues cantando
canciones que sean mías.

En un rincón de tu cuarto
mi locura te decía:
quiero dormir otro rato,
ya viviré otro día.

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